Sí, este es para ti ya:
mi nata que envuelve
la coraza de esta vida,
como alta diosa azteca
a su español guerrero,
cubriéndole de crema
la existencia de su acero.
Por dos mares surcó mi nave:
el embreado ibero de Oriente
y el dorado celta del Norte,
pero élla encalló al final
en el agua del gran océano
que baña al Nuevo continente.
Un corazón de seda es tuyo,
el que late moviendo sin retorno
este amor del galvanizado puro,
para que mente ninguna piense
que está fraccionado o roto
el de diamante no oscuro.
Aunque sé que los mejores versos
otras flores se los han llevado
sin recibir nada a cambio,
pero a ti rosa mía
lo más añejo de mi
te lo tengo reservado,
en cepas de uva blanca
con la solera que embriaga
el jugo de su vino azucarado.
Crisoldeltiempo.
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